Segundo (y último) artículo de la serie sobre las alternativas que tienen las PYMES industriales ante las dificultades que amenazan su continuidad. Tras un análisis de la situación en el primero de ellos, éste trata de potenciales soluciones que se pueden arbitrar a la luz de las conclusiones de la primera parte.
Como siempre, he tratado de hacerlo desde un punto de vista positivo de la situación. Soy consciente de que varias de las soluciones no gozan precisamente de gran reputación o prensa, pero no es menos cierto que en muchos casos es porque se toman inadecuadamente, ya sea en tiempo o en forma.
Lo que quiero decir con lo indicado en el párrafo anterior es que la misma solución, adoptada cuando ya no queda otro remedio puede llevar a la PYME a un final indeseado, cuando tomada antes y con la debida previsión, el resultado será, a buen seguro, completamente diferente.
En definitiva, creo que lo que este artículo expone bien puede dar lugar a una reflexión profunda sobre esas alternativas, y sobre todo, debe ser una palanca de cambio de paradigma. Las soluciones no van a venir del exterior, en forma de ayudas. Si vienen lógicamente serán limitadas en tiempo y cantidad. Las verdaderas soluciones deben venir por una adecuada gestión interna de la empresa ante la actual situación.
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