Segundo capítulo de esta serie de dos en donde abordo el asunto de la inteligencia de los líderes experimentados.
En él, hago referencia a los conceptos de inteligencia fluida, e inteligencia cristalizada, y explico los beneficios, sobre todo de esta última.
Defiendo que si la autoestima y la consiguiente autoconfianza son el cociente entre logros y aspiraciones, hemos de colegir que una inteligencia cristalizada bien trabajada, nos permite llegar a cotas más elevadas de autoestima y de autoconfianza.
Este aspecto lo considero fundamental para la gestión de los problemas complejos en los que en este momento están inmersas las organizaciones industriales.
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