Categoría: Empresa

En esta ocasión planteo aquí, a petición de la revista C84, una serie de elementos de actualidad sobre el sector del pescado y su derivados: la sostenibilidad, las subidas delas materias primas, y las diferentes estrategias que existen para abordar los problemas con los que nos estamos encontrando en la industria en general y en la alimentación en particular, lo que está afectando al consumo de las familias y a la economía en general.

Segundo (y último) artículo de la serie sobre las alternativas que tienen las PYMES industriales ante las dificultades que amenazan su continuidad. Tras un análisis de la situación en el primero de ellos, éste trata de potenciales soluciones que se pueden arbitrar a la luz de las conclusiones de la primera parte.

Como siempre, he tratado de hacerlo desde un punto de vista positivo de la situación. Soy consciente de que varias de las soluciones no gozan precisamente de gran reputación o prensa, pero no es menos cierto que en muchos casos es porque se toman inadecuadamente, ya sea en tiempo o en forma.

Lo que quiero decir con lo indicado en el párrafo anterior es que la misma solución, adoptada cuando ya no queda otro remedio puede llevar a la PYME a un final indeseado, cuando tomada antes y con la debida previsión, el resultado será, a buen seguro, completamente diferente.

En definitiva, creo que lo que este artículo expone bien puede dar lugar a una reflexión profunda sobre esas alternativas, y sobre todo, debe ser una palanca de cambio de paradigma. Las soluciones no van a venir del exterior, en forma de ayudas. Si vienen lógicamente serán limitadas en tiempo y cantidad. Las verdaderas soluciones deben venir por una adecuada gestión interna de la empresa ante la actual situación.

Trato en todos mis artículos de establecer posibles soluciones a los problemas que veo que se plantean en las empresas industriales. A veces esas soluciones potencialmente exitosas son coyunturales, como en el reciente artículo acerca de los ERTEs, y otras más estructurales, como cuando escribí acerca de la Industria 4.0 y otros.

En este caso, yo diría que es una mezcla de ambos. Algunas de las soluciones sirven para atajar problemas inherentes al tiempo que nos está tocando vivir y gestionar, y otras recomendaciones van más al sustrato de la gestión de la empresa.

No cabe duda de que estamos ante una situación extraordinaria, que tiene su influencia en el devenir de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, y entre ellas, tanto a las que eran empresas saneadas antes de la pandemia como a las que no. Lamentablemente, la Covid.19 y especialmente la duración y los efectos de la misma han hecho que ambas clases hayan entrado ahora en el mismo grupo.

Este es el primero de una serie de dos artículos sobre la materia, en el que siguiendo mi esquema habitual cuando se trata de una serie, hago un planteamiento de la situación y en este caso en concreto, de cómo ésta ha afectado a las PYMES industriales, especialmente a sus posibilidades de supervivencia.

Oímos constantemente noticias sobre los ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo). En prensa, radio y televisión se hacen referencias a ellos casi a diario, pero sobre todo cuando llega el momento de su prórroga.

¿Cuál es la razón de tanta publicidad, si hasta ahora eran unos perfectos desconocidos? ¿Son un instrumento con vocación de continuidad, o solamente una moda pasajera? ¿Sirven realmente como instrumento para resolver el problema del paro y de la falta de flexibilidad laboral en las empresas españolas?

Sin duda, es un instrumento sobre el que merece la pena una reflexión. Cómo deben ser, de que manera se deben agilizar para hacer de ellos un instrumento útil y práctico, cómo son en otros países de nuestro entorno, qué condiciones deben darse para su viabilidad.

Todo ello nos debemos preguntar para hacer de los ERTEs un elemento útil con vocación de permanencia y que no se conviertan en una herramienta que pronto esté en el olvido.

Segunda parte de la serie de artículos sobre la Digitalización y la Industria 4.0, dos términos de actualidad y sobre todo de futuro. Una gran cantidad de los fondos comprometidos por la UE como parte del plan de recuperación post-pandemia están ligados a proyectos relacionados con estos conceptos.

Esta vez el escrito está centrado en las consecuencias que todo este fenómeno tendrás o debería tener sobre el sector industrial, así como en indicar la ventana de oportunidad que el mismo presenta para el sector.

El fenómeno es imparable, eso no admite discusión en este momento. No es que vaya a venir de una u otra forma. Es que ya está aquí. Depende de nosotros estar preparados como sociedad y como sector, tener una adecuada estrategia para abordarlo, puesto que como digo, habrá fondos para ejecutarlos.

No me olvido, por último de pedir el apoyo de todos los estamentos, públicos y privados, para que esto sea una realidad, además de una colección de líneas correctamente escritas en la memoria de los proyectos. Está muy equivocado quien crea que por el origen de los términos esto sólo afecta a la industria. Es un proyecto de sociedad.

En estos tiempos turbulentos que nos están tocando gestionar, varias vías tecnológicas se han abierto para facilitar la comunicación de las personas y la gestión del sector industrial.

En algunos casos se han abierto completamente porque nada o casi nada estaba hecho. En otros muchos, la actual situación actúa como un acelerante de algo que ya estaba concebido y cuya utilidad faltaba demostrar. La actual realidad, con la crudeza de los hechos que nos rodean, ha actuado de perfecto sparring para probarlas.

En esta primera parte de los dos artículos que sobre la materia de cabecera voy a publicar, trato, como procuro hacer siempre, de aportar mi granito de arena para clarificar lo que es la digitalización y la industria 4.0, sobre qué significan sus procesos, y lo más importante para mí, sobre su impacto en el sector industrial.

La comisión del Pacto de Toledo ha llegado recientemente a una serie de acuerdos en materia de pensiones. Dado que esto no sucedía desde hace muchos años, se ha dado una gran relevancia a este tema.

Dentro de esos acuerdos, se hacen una serie de sugerencias o recomendaciones, que van en la línea de lo ya indicado por la comisión europea desde hace algún tiempo, relativo a la posibilidad de que los robots paguen tributos, dada la ya amplia implantación que existe, y sobre todo, que se espera que exista en los próximos 20 años.

En este artículo expreso mis dudas sobre el hecho de que sea una buena recomendación y sobre el impacto que todo ello tenga en el desarrollo tecnológico del que tan necesitada está España.

Llegamos al final de esta serie de cuatro artículos sobre la subcontratación mecánica en España, con el cuarto y último capítulo titulado “¿Qué hacer?”.

Siempre es el más complicado, en tanto en cuanto describir las situaciones pretéritas y las consecuencias de las mismas tiene relación en mayor o menor media con hechos factuales, mientras que la parte referida a las soluciones es más subjetiva, y se aplica el “cada maestrillo tiene su librillo”.

En cualquier caso, aquí van las que yo propongo, que son el fruto de mi conocimiento y experiencia en la materia y el de las personas que han colaborado conmigo a lo largo de esta tetralogía.

Espero que hayáis disfrutado de su lectura tanto como yo lo he hecho escribiéndolos.

En este tercer artículo de los cuatro que estoy llevando a cabo sobre el tema de la subcontratación mecánica, esbozaré las diferentes modalidades de contrato existentes entre la empresa contratante y la subcontratista. Al menos, las más relevantes.

Es muy importante entender la forma en que las dos empresas se relacionan y cómo afecta al servicio que la segundas prestan a las primeras para entender la problemática actualmente existente en la subcontratación mecánica, y sobre todo para indicar las posible salidas a la problemática generada, que es al fin y a la postre, la razón de ser esta serie de artículos.

Segundo artículo de los cuatro que estoy llevando a cabo sobre el tema de la subcontratación mecánica, un tema que me ha tocado y me toca vivir de cerca durante mi experiencia en la industria.

En este capítulo, esbozaré las consecuencias a las que nos han llevado las actitudes y las políticas que describí en el primero de los capítulos. Y lo analizaré desde el punto de vista social, de las empresas contratantes y de las subcontratistas, así como de los propios trabajadores afectados.